El escritor chileno Luis Sepúlveda (Ovalle, Chile, 1949) ha fallecido hoy jueves en el
Hospital Universitario Central de Asturias (Oviedo) donde permanecía ingresado desde finales de
febrero tras haber contraído el coronavirus,
han informado a la agencia Efe fuentes cercanas al autor. Sepúlveda fue uno de los
primeros casos de positivo por coronavirus en España. Lea aquí.
El autor de Un viejo que leía novelas de amor empezó a
sentirse mal el pasado 25 de febrero y enseguida se le diagnosticó una neumonía
aguda sin antecedentes. Una vez que se confirmó el positivo de covid-19 se
activó el protocolo y el paciente fue trasladado al hospital universitario.
Autor de más de una veintena de novelas, libros de viaje, guiones y
ensayos, Sepúlveda abandonó Chile en 1977 tras ser represaliado por la
dictadura de Augusto Pinochet. Después de un largo periplo por América Latina
que incluyó su participación en la revolución sandinista de Nicaragua (también
estuvo en Argentina, Uruguay o Brasil), recaló en 1997 en Gijón.
Algunas de sus obras han sido adaptadas al cine, como Historia de
una gaviota y del gato que le enseñó a volar, por el italiano Enzo D’Alò y
en versión animada, o Un viejo que leía novelas de amor, dirigida
por el australiano Rolf de Herr.
Sepúlveda siempre dijo que había nacido “profundamente rojo”. Militó en
varias formaciones comunistas y socialistas, pero casi siempre acabó
desencantado. Fue un gran viajero: amaba investigar en las diferentes culturas
y etnias. “El mayor tesoro de la especie humana”, decía sobre las
idiosincrasias regionales. Con una gran conciencia ecologista, trabajó en uno
de los barcos de Greenpeace durante varios años de la década de los años ochenta.
Dedicó una de sus novelas, Historia de un perro llamado Leal, al
pueblo mapuche. Uno de sus abuelos era mapuche. “El pueblo mapuche es
constantemente hostigado. Sus reivindicaciones, que son bastante justas, son
respondidas con represión y la aplicación de una absurda legislación
antiterrorista”, señaló en la presentación de la novela, en 2016. Su última
novela es Historia de una ballena blanca, de 2019.
Durante su larga carrera como escritor recibió una veintena de galardones,
entre ellos el premio Pegaso de Oro, en Florencia, o el Premio de la Crítica,
en Chile. Es, además, Caballero de Las Artes y las Letras de la República
Francesa y doctor honoris causa por la Universidad de Urbino, Italia.
En un encuentro con lectores de EL PAÍS, Sepúlveda definía así el
tratamiento de los personajes de sus novelas: “La buena novela a lo largo de la
historia ha sido la historia de los perdedores, porque a los ganadores les
escribieron su propia historia. Nos toca a los escritores ser la voz de los
olvidados”.
En otro momento de la charla explicó su técnica narrativa: “Me muevo
enteramente por la historia que estoy contando y me gusta ser muy fiel a mis
personajes, enamorarme de ellos, porque sé que el lector, al leer, va a sentir
una emoción muy parecida a la que yo siento al escribir, y eso es lo más
hermoso que tiene la literatura, poder compartir emociones y poder compartir
sensaciones”.
Tanto él
como su pareja, Carmen Yáñez, estaban muy integrados en la vida cultural
asturiana.
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